Hillary defiende su “progresismo” ante Sanders

Clinton aprovechó para reivindicar sus posturas al posicionarse como una pragmática frente al "idealismo irrealizable" de su rival socialista.

La aspirante a ser la nominada del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, Hillary Clinton, salió el miércoles al paso y defendió sus credenciales "progresistas" ante su principal rival, el senador socialista Bernie Sanders.

En un encuentro televisado con votantes en Derry (Nuevo Hampshire), la ex Secretaria de Estado respondió a Sanders, quien minutos antes en el mismo evento había vuelto a acusarle de no haber demostrado unas fuertes convicciones progresistas a lo largo de su trayectoria política.

"Soy una progresista a quien le gusta que las cosas se hagan. No voy a dejar que eso me moleste. No ayuda al senador (Sanders) hacer ese tipo de comparaciones. No creo que sea apropiado", contestó Clinton al ser preguntada sobre las acusaciones de su ahora único rival en la carrera demócrata.

Poco antes, Sanders había criticado a la ex Primera Dama de Estados Unidos al asegurar que uno no puede "ser un moderado un día y un progresista el otro", y recordó unas palabras de Clinton en un discurso en Ohio en el que se definió a sí misma como "moderada" y repasó sus posicionamientos en varios temas claves para los demócratas.

"Hay algunos asuntos en los que creo que (Clinton) no es progresista. No conozco ningún progresista que tenga a un SuperPAC (grupo de acción política) detrás y tome millones de dólares de Wall Street", indicó Sanders, para recordar después que cuando era senadora por Nueva York, Clinton votó a favor de la guerra de Irak.

El senador por Vermont, autoproclamado socialista y quien votó en contra de la intervención en Irak, también apuntó a los cambios de posicionamiento de la ex Secretaria de Estado a lo largo de la campaña en cuestiones como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) o el polémico proyecto del oleoducto Keystone XL.

Sanders contrapuso la tibieza de Clinton en estas cuestiones con su firme oposición "desde el principio".

"Estamos enfrentándonos a la organización política más poderosa del país, la organización Clinton", remachó el senador, quien pese a ello se felicitó por el buen resultado cosechado en los caucus de Iowa y su subida en las encuestas a nivel nacional, ya que empezó la carrera 50 puntos por detrás de la ex Primera Dama.

Clinton aprovechó su intervención posterior para defenderse de estas acusaciones y reivindicar sus posturas al posicionarse como una pragmática frente al "idealismo irrealizable" de su rival socialista.

"Creo que el progreso que hemos alcanzado debe ser defendido. Los republicanos quieren desmantelarlo. Soy una progresista que logra resultados y seré una presidenta progresista que logre resultados", apuntó.

La ex Secretaria de Estado admitió que fue un "error" votar a favor de la guerra de Irak en su etapa como senadora, algo que "realmente" lamenta y trató de desvincular su figura de las corporaciones de Wall Street al asegurar que los poderes financieros están gastando "mucho dinero" para tumbar su candidatura.

"Creo que el senador Sanders se fija un objetivo demasiado pequeño con los grandes bancos. Yo quiero perseguir al resto de grandes corporaciones como las farmacéuticas y las aseguradoras", apuntó.

El momento curioso de la noche llegó cuando uno de los asistentes al evento preguntó a Sanders si, en caso de resultar elegido, se veía con fuerzas para un segundo mandato, ya que de ser así terminaría su presidencia con 83 años, a lo que el senador aseguró que sí y que "gracias a Dios" goza de buena salud a sus 74.

El encuentro con votantes se produjo a medio camino entre los caucus de Iowa del pasado lunes (que dieron una victoria por la mínima a Clinton, interpretada por los analistas como un empate técnico) y las elecciones primarias del próximo martes en Nuevo Hampshire, donde Sanders parte como favorito según los sondeos. 

Contáctanos