DENVER- A través de un comunicado de prensa, Ingrid Encalada Latorre anunció que no se va del país, y se refugiará en santuario para continuar buscando la manera de arreglar su situación legal, su estatus migratorio, y quedarse en el país junto a sus hijos.
Ingrid a sus 34 años, ha pasado la mayor parte de los últimos siete años pagando por un crimen, y por los pésimos consejos legales que le dijo un abogado, al mismo tiempo.
Desde 2010, la madre de dos niños ciudadanos estadounidenses ha pasado dos meses y medio en la cárcel, cuatro años y medio en libertad condicional y seis meses en santuario; Ha pagado $11,500 dólares en impuestos, pero a pesar de todos los esfuerzos que ha hecho para enmendar un grave error que cometió hace 17 años, se ve sometida a refugiarse en santuario, pues enfrenta la deportación a Perú.
El gobernador de Colorado, John Hickenlooper negó a finales de septiembre una solicitud de perdón a Ingrid tan solo unas pocas horas antes que expirase su posibilidad de quedarse, y se activara un proceso de deportación.
A través de un comunicado escrito, Hickenlooper indicó:
"Ocasionalmente, un gobernador se enfrenta a una decisión con una respuesta que es clara pero aún dolorosa. Después de una revisión cuidadosa y con un corazón pesado, he decidido negar la solicitud de clemencia de Ingrid Encalada Latorre. No llegué a esta decisión a la ligera. Hablé con ella personalmente, y los miembros de mi equipo se reunieron con ella y su abogado en longitud para asegurarse de que teníamos una cuenta completa de su caso. Me conmueve el sueño de la Sra. Encalada LaTorre de ser una ciudadana estadounidense y su trabajo extraordinariamente duro para mantener a su familia mientras estuvo aquí."
El gobernador señaló, sin embargo, que tenía que considerar el crimen y a la víctima del crimen que cometió Encalada Latorre : Un cargo de robo de identidad en 2010, del que se Ingrid se declaró culpable.
"El crimen cometido por la Sra. Encalada LaTorre no fue un crimen sin víctimas, lejos de eso", continuó el gobernador. "Conceder la solicitud de la Sra. Encalada Latorre excusaría la injusticia de esta desafortunada situación y sería un retroceso en la lucha por una reforma migratoria inteligente, compasiva e íntegra".
A través de las redes sociales, Ingrid, sus allegados y las personas que la apoyan han desde entonces hecho numerosas peticiones al gobernador para que reconsidere su decisión.
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Ingrid llegó a los Estados Unidos en el año 2000 cuando tenía 17 años. Comenzó a trabajar en un hogar de ancianos en Colorado, un trabajo que obtuvo luego de usar un número de seguro social que pertenecía a otra persona, algo que por supuesto, es ilegal.
Ingrid Latorre, no conocía a la persona cuya información estaba usando y, en 2010, fue arrestada.
Su abogado le aconsejó aceptar un acuerdo de culpabilidad. Ingrid específicamente recuerda haberle preguntado si la decisión afectaría su caso de inmigración, y recuerda que el abogado dijo que no.
Local
Cuando se ordenó su deportación inminente, Ingrid ingresó a una iglesia santuario en Denver, donde permaneció seis meses, hasta junio de 2017, cuando se suspendió su orden de deportación por tres meses.
Como condición, Ingrid tuvo que dar su consentimiento a usar un monitor de tobillo, además de acceder dos visitas semanales por parte de oficiales, una en su hogar, y una a la que debía conducir por una hora.
