Se agrava crisis de inmigrantes en Texas

FALFURRIAS, Texas - Para cuando murió, la mujer probablemente había caminado 25 millas por áridas tierras en un intento por entrar a Estados Unidos. Sus restos fueron hallados a pocos metros de una carretera, donde algún vehículo quizás pudo recogerla y llevarla a Houston.

Hace no mucho, su cuerpo hubiera sido llevado a una funeraria, donde se le trataría de identificar y sería enterrada bajo un letrero: "Hembra, no identificada".

Su muerte, probablemente por hipertermia, se suma a la ola mortífera que ha abrumado al condado Brooks, y es una prueba más de que los migrantes están cambiando de ruta, alejándose de los senderos conocidos como los de Arizona y usando los más agrestes, como los del sur de Texas.

Las nuevas tendencias migratorias han abrumado a los gobiernos locales, que carecen de la experiencia y de los recursos para lidiar con la crisis.

"Hay condados que tienen los recursos para lidiar con estos problemas, pero hay condados que no, y esto los coloca en un verdadero dilema", comentó Raquel Rubio Goldsmith, coordinadora del Instituto Binacional de Migración en la Universidad de Arizona, que investiga temas de inmigración.

Pero el condado Brooks está tratando de hacerle frente al desafío. Ahora todos los cadáveres o restos óseos hallados allí serán trasladados al condado Webb, a 90 millas de distancia, donde se les practicarán autopsias, se les sacarán muestras de ADN y serán retenidos para análisis de identificación más profundos.

Es un gran avance para el condado Brooks, de apenas unos 7.100 habitantes y donde, una mañana reciente, el mismo comandante policial limpiaba los pisos de su oficina. Será él también el que viaje cada semana para recoger los cuerpos y llevarlos a la oficina forense en Laredo.

El condado tuvo que hacerse cargo de los restos de 129 migrantes muertos el año pasado y eso le dejó con un gran déficit en el presupuesto, dijo el juez Raúl Ramírez. Y aunque tanto él como los demás funcionarios locales consideran que la inmigración ilegal es un problema federal, no han recibido fondos federales para lidiar con el problema.

El año pasado, el condado Brooks fue apenas el segundo, detrás del condado de Pima, en Arizona, con el mayor número de migrantes muertos hallados, y en lo que va de año la cifra ya asciende a 76. Casi un millón de personas viven en el condado de Pima, y los 171 muertos encontrados en el 2012 reflejan una similar al promedio total que se ha visto desde el 2004, según un reporte del instituto de estudios de migración.

Por otro lado, en promedio, en el condado Brooks se encontraban en promedio 50 ó 60 muertos antes del año pasado, pero las detenciones de migrantes practicadas por la Patrulla Fronteriza han aumentado vorazmente.

El número de migrantes detenidos en el Valle del Río Bravo, en el sur de Texas, fue incluso mayor al del acostumbrado líder de esa cifra, el valle de Tucson, superándolo por más de 30.000 detenciones. Son cifras imperfectas para determinar el flujo total de inmigrantes, pero la mayoría de los nuevos provienen de Centroamérica, que suelen optar por el sendero más directo hacia Estados Unidos, el que pasa por Texas.

Por lo general, los migrantes en el condado Brooks mueren al tratar de evadir los controles viales de la Patrulla Fronteriza. Usualmente se les deja con sus guías al sur del puesto vial y se les obliga a andar por dos o tres días a un lugar más allá del puesto, donde se les recoge.

En el pasado, los restos sin identificar de los migrantes eran depositados en el cementerio local sin que les sacara el ADN. El cementerio ni siquiera llevaba registros de las sepulturas. En mayo, Lori Baker, una antropóloga de la Universidad de Baylor, dirigió un equipo de expertos que fue a Falfurrias para exhumar los restos de migrantes no identificados.

Baker identificó 54 tumbas, pero halló los restos de 63 individuos. En algunos casos los expertos abrieron un saco, pensando que allí estarían los restos de una persona, y hallaron los restos de varias. Algunos de los restos llevaban etiquetas con el nombre del país de origen.

Baker dice que regresará el año entrante y que se siente animada por el progreso alcanzado hasta ahora por el condado. Anuncia que a partir de ahora las autoridades allí tomarán muestras de ADN de cualquier familiar que venga buscando a sus seres queridos.

Tres días antes del hallazgo de los restos de la mujer en la Hacienda El Tule, el administrador del lugar, Lavoyger Durham, mostró orgulloso su aporte personal a resolver el problema: un barril de plástico de 208 litros (55 galones) lleno de botellas de agua. La estación de agua está coronada por un asta de 9 metros (30 pies), de donde ondea una enorme bandera azul.

Durham dice que esa es la primera estación de agua en el condado Brooks y que pronto instalará otras. Preferiría que el gobierno levante una doble cerca fronteriza pero por lo pronto, no desea ver más muertes en su terreno. Estima que en los últimos 23 años ha detectado 23 muertos en el lugar.

"Estoy tratando de destapar lo que son los campos de la muerte en el condado Brooks", expresó Durham, de 68 años de edad. "Si esta cantidad de muertos no lo lleva a uno a prestar atención, ¿qué lo haría? Simplemente estamos tratando de ser humanos".

La doctora Corinne Stern, de la oficina forense del condado Webb, dice que por lo general un 65 ó 70% de restos no óseos son identificados. Pero la mujer encontrada cerca de la hacienda sigue anónima. Fue hallada el 26 de agosto, y sus restos ya estaban en avanzado estado de descomposición.

Sin embargo, hay algunas pistas: Llevaba aretes y un anillo. Llevaba una camiseta que decía "Gold's Gym", unas zapatillas marca Converse, con trenzas rosadas. Llevaba consigo varios números de teléfono, pero hasta ahora los esfuerzos han sido infructuosos.

En un bolsillo tenía la foto de un niño, de unos 5 años de edad, vestido de traje y lo que parece ser un birrete de graduación.

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