Morelos decide exhumar dos fosas clandestinas

Organizaciones sociales estiman que habría 150 restos sepultados en fosas de Tetelcingo

La Fiscalía General del Estado de Morelos acordó que el miércoles exhumará los restos humanos de dos fosas comunes ubicadas en el municipio de Tetelcingo, donde organizaciones civiles aseguran que habría hasta unos 150 cuerpos.

Ante la presión ejercida por familiares de desaparecidos y miembros de organizaciones civiles de ese estado colindante con la capital mexicana, el fiscal Javier Pérez Durón autorizó la exhumación para que puedan tomarse muestras genéticas de cada cadáver inhumado presuntamente de manera ilegal.

Las fosas se localizan en un panteón ilegal de Tetelcingo, y Pérez Durón dijo el lunes que la propia Fiscalía depositó en fosas comunes 118 cuerpos.

Tras la exhumación de los restos y con base en protocolos forensos, serán inhumados nuevamente pero en esta ocasión en un panteón legal, el Jardines del Recuerdo.

Aunque la fecha programada ya está cercana, la Fiscalía espera que ese día acudan representantes del Ejército y de diversos organismos y dependencias, como la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, que a petición de familiares de desaparecidos intervendrán en el proceso.

"Tenemos ya confirmada la participación de la PGR y de la Policía Científica, van a colaborar con nosotros, con peritos en la materia, para la toma de muestras y para correrlo en su sistema", dijo.

En conferencia de medios, Pérez Durón admitió que no todos los cadáveres enterrados en las fosas de Tetelcingo tienen su expediente ni tampoco un perfil genético que permita identificarlos.

Familiares de una de víctima de la violencia en Morelos, cuyo cuerpo fue identificado por las autoridades y a pesar de eso fue enviado a la fosa, aseguran que hay 150 cuerpos los enterrados en las dos fosas.

Sin embargo, el Fiscal insistió en que solo son 118 cuerpos, dos de los cuales ya fueron entregados.

De los restantes 116 cadáveres, hay 108 carpetas de investigación y 87 perfiles genéticos.

Los trabajos de exhumación serán vigilados por el Ejército Mexicano y policías federales y estatales; además de que se acondicionará un espacio para organizaciones civiles y medios.

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