Blindadas, reuniones con Tillerson y Kelly

Las reuniones con altos funcionarios de EEUU en México fueron a puerta cerrada.

Las reuniones entre funcionarios de alto nivel de México y Estados Unidos se han realizado a puerta cerrada, pero ha trascendido que los principales temas de los que han hablado son migración, seguridad, economía y la relación entre ambas naciones.

Nadie sabe si los rostros serios eran parte del protocolo o reflejaban el ambiente en que se desarrolló la reunión entre los cuatro funcionarios, en la que uno a uno tomaron la palabra.

México mostró su rechazo a las deportaciones masivas y a las políticas unilaterales.

"Insistimos en la necesidad de mantener mecanismos de repatriación ordenada y respetar derechos de mexicanos en Estados Unidos", expresó Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.

En respuesta, el secretario de Seguridad Nacional estadounidense negó que tal acción fuera a ocurrir de esa manera, y descartó el uso de la fuerza.

"Repito, no se van a utilizar fuerzas militares en operaciones migratorias", afirmó John Kelly, secretario de Seguridad Nacional de EEUU.

Horas antes, el presidente Donald Trump aseguró que para sacar de su país a traficantes y delincuentes se necesitaba una operación militar.

"Ellos son los malos y es una operación militar porque les ha sido permitido entrar a nuestro país", Donald Trump, presidente de EEUU. 

Por supuesto sus palabras fueron reprobadas al igual que la visita de sus enviados a México.

Maria iba al frente de una de las protestas.

"Son mensajeros del mal y la realidad la vamos a ver más adelante", dijo María García, de la Organización Binacional Migrante.

Rodolfo, al igual que otros repatriados, pidió por quienes están viviendo y padecerán el mismo sufrimento que él.

"Que se unan y no tengan miedo, ya es hora de que nos defendamos de allá y de acá", afirmó Rodolfo López, quien fue deportado.

Luego intentaron trasladar sus voces a la residencia ofical de Los Pinos, donde por la tarde el presidente Enrique Peña Nieto recibió al seretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, y a Kelly.

Sin embargo, no les permitieron acercarse pues la reunión con el presidente ya había comenzado.

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