Obama habla en Alaska sobre cambio climático

Obama hace llamado sobre el cambio climático

Países sumergidos, ciudades abandonadas y oleadas de refugiados es el futuro del mundo, a menos que se tomen medidas urgentes contra el cambio climático, advirtió el lunes el presidente Barack Obama, pintando un caótico escenario durante el primer día de su histórica visita a Alaska.

En un intento por cimentar su legado ambiental, Obama llevó el poder del púlpito presidencial a Anchorage, donde hizo un llamado a otros países para que tomen acción pronta ante la proximidad de las negociaciones para un tratado global sobre clima. En un discurso durante una cumbre de clima ártico, el mandatario buscó establecer el tono de su gira de tres días por Alaska, en la que hablará a detalle de glaciares derretidos y aldeas sumergidas.

"En este tema en particular, no se puede actuar cuando es demasiado tarde", dijo Obama. "Y ese momento está muy cerca", afirmó.

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Durante su gira por Alaska, Obama planea escalar un glaciar, conversar con pescadores y grabar un "reality show" con el presentador Bear Grylls, todo como parte de una campaña orquestada por la Casa Blanca para ilustrar cómo es que el cambio climático ha alterado el majestuoso paisaje de Alaska. La meta en cada una de esas actividades es lograr una potente imagen que muestre los efectos del cambio climático y enviar el mensaje de que la crisis ya está ocurriendo.

Mientras evocaba las terribles consecuencias, Obama señaló que de no atenderse el cambio climático, pronto se disparará un conflicto global y "condenará a nuestros hijos a un planeta irreparable". En el Ártico, que se está calentando mucho más rápido que cualquier otra parte del mundo, Obama dijo que el permafrost en derretimiento y la desintegración del hielo marino crean riesgos de inundaciones, incendios y daños económicos inimaginables.

"Ya está cambiando la manera en que viven los residentes de Alaska", dijo Obama.

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Obama tiene en mente a dos tipos de público durante su travesía por Alaska: los alaskeños, hambrientos de mayor desarrollo energético que impulse los pocos ingresos de petróleo en el estado, y el público en general, cuyo enfoque espera concentrar en la necesidad de acciones drásticas para combatir el calentamiento global, incluyendo un tratado climatológico que espera solidifique su legado ambiental.

La pregunta es si Obama puede combinar de manera exitosa dos intereses radicalmente opuestos: la energía y el ambiente. 

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