DENVER - El jefe de policía de Denver, Robert White, indicó a sus agentes que se mantuvieran firmes y observaran mientras manifestantes arrojaban pintura roja sobre un monumento a los agentes caídos durante una protesta el fin de semana.
La orden de no reaccionar molestó a algunos policías, que creen que transmite el mensaje de que los manifestantes pueden salirse con la suya con delitos cada vez más graves.
La estrategia provocó una serie de reacciones en la comunidad y para el martes por la noche el monumento estaba cubierto de flores y mensajes de apoyo hacia policías.
En una protesta contra lo que manifestantes perciben como fuerza excesiva por parte de la policía de Denver, varias personas arrojaron pintura roja sobre el monumento y de acuerdo a las autoridades dejaron una nota amenazante hacia uno de los oficiales.
Los manifestantes pedían justicia para las familias de personas que murieron a manos de oficiales, tal como la joven hispana Jessica Hernández quien fue baleada por policías de Denver en enero.
El concejal de Denver, Paul Lopez, está impulsando una propuesta que daría más autoridad a la oficina del monitor independiente que está encargado de investigar incidentes que involucran a policías.
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