Recuerdan los 100 años del fin de la I Guerra Mundial

Jefes de estado, incluído Trump, participaron de la ceremonia en la capital francesa, París.

Decenas de líderes mundiales con el poder de hacer la guerra pero con el deber de preservar la paz se reunieron el domingo para recordar el final de la matanza de la Primera Guerra Mundial hace 100 años, transformando a París en el epicentro de las conmemoraciones mundiales que enviaron al mundo un poderoso mensaje: “Nunca más”.

Más de 60 jefes de Estado y de Gobierno participaron en una ceremonia solemne en la Tumba del Soldado Desconocido, el símbolo mudo y poderoso del sacrificio de millones de personas que murieron entre 1914 y 1918.

El presidente francés, Emmanuel Macron, brindó el discurso central donde consideró que la defensa del multilateralismo es una de las lecciones de la Primera Guerra Mundial y contrapuso las virtudes del patriotismo al nacionalismo.

"El patriotismo es justo lo contrario del nacionalismo. El nacionalismo lo traiciona", afirmó Macron en su discurso ante cerca de 70 jefes Estado y de Gobierno durante la ceremonia de conmemoración del centenario del armisticio de la Gran Guerra en el Arco del Triunfo de París.

Las palabras de Macron aparentemente estaban dirigidas a su par norteamericano, sentado entre los mandatarios presentes, quien había reconocido días antes que se consideraba un ''nacionalista''.

El tiempo en París -gris y húmedo- parecía apropiado al recordar una guerra librada entre el barro y el horror implacable.

Las ceremonias comenzaron tarde, rebasando el momento exacto en el que, 100 años antes, a las 11 de la mañana, el espeluznante silencio de la paz sustituyó al trueno de las armas en el oeste de Francia.

Mientras las campanas que marcaron la hora del armisticio comenzaron a sonar en todo París y en muchas naciones afectadas por los cuatro años de matanza, el presidente francés Emmanuel Macron y otros líderes seguían en camino hacia el lugar de la ceremonia del centenario, en el Arco del Triunfo.

El armisticio entró en vigor en la onceava hora del onceavo día del onceavo mes de 1918 y el domingo se suponía que 69 líderes mundiales conmemorarían el centenario del evento a esa misma hora frente a la tumba del soldado desconocido, debajo del Arco del Triunfo en el centro de París.

Bajo un mar de paraguas negros, una fila de líderes encabezada por Macron y su esposa Brigitte, marcharon en un silencio pétreo sobre los adoquines de los Campos Elíseos, después de que se bajaran de sus autobuses.

El presidente Trump llegó por separado, en una caravana que pasó por delante de dos manifestantes con lemas contra la guerra escritas en sus pechos y que de alguna manera burlaron las medidas de seguridad.

Los manifestantes fueron separados rápidamente por la policía. El grupo Femen se atribuyó la responsabilidad.

El último en llegar fue el presidente ruso, Vladimir Putin. La canciller alemana Angela Merkel ocupó un lugar de privilegio entre Trump y Macron, un poderoso símbolo de vencedores y vencidos que ahora están juntos, hombro con hombro.

Por encima de sus cabezas, varios aviones de combate de Francia cruzaron el cielo, dejando estelas de humo rojo, blanco y azul, los colores de la bandera francesa.

En cuatro años de lucha brutal de trincheras y uso de gas, Francia, el Imperio Británico, Rusia y Estados Unidos se opusieron a una coalición encabezada por Alemania que también incluyó a los imperios austrohúngaro y otomano. Casi 10 millones de soldados murieron. Francia perdió 1.4 millones y Alemania 2 millones.

Sin embargo, pese a que fue una guerra que se suponía iba a terminar con todas las guerras, la Segunda Guerra Mundial enfrentó de nuevo a ambos bandos.

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