En medio de tensiones, Trump visita el Reino Unido

La relación entre ambos países se encontraría en su punto más bajo en más de 60 años.

El gobierno del Reino Unido recibe este jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un momento "de máxima debilidad interna" y con la histórica relación especial bilateral en "su punto más bajo" desde la crisis de Suez en 1956, según los expertos.

En su primera visita oficial, Trump y su esposa Melania serán agasajados esta noche y mañana por la primera ministra, Theresa May, y la reina Isabel II, en eventos programados fuera de Londres a fin de eludir las masivas protestas que se preparan en la capital.

Según dijo Robert Singh, catedrático de política de la universidad londinense de Birkbeck, este viaje, parte de una gira más amplia por Europa, "no beneficiará especialmente a ninguna de las dos partes" y, en el caso del Reino Unido, "se tratará de limitar el daño".

En su opinión, la llamada "relación especial" entre los dos países, fraguada tras la II Guerra Mundial, está en su momento "más frágil desde la crisis de Suez en 1956", cuando EEUU intervino para detener la invasión de Egipto por parte del Reino Unido y sus aliados.

Además de que difieren en asuntos globales como el acuerdo nuclear con Irán, los aranceles comerciales o el cambio climático, "el Reino Unido ha socavado su posición al disminuir su influencia en Europa" a través del "brexit", su salida de la Unión Europea (UE), afirmó.

Georg Löfflmann, del departamento de Política y Estudios Internacionales de la universidad inglesa de Warwick, declaró a Efe que la visita "tendrá muchas oportunidades para fotos pero poca sustancia", y el Gobierno de Londres "deberá esforzarse para proyectar fortaleza en la relación bilateral".

Löfflmann vaticina que May tratará de lograr que Trump condene el supuesto papel de Rusia en la intoxicación de varios británicos con el neurotóxico de procedencia rusa Novichok, para mostrar así "un frente común" contra el presidente Vladímir Putin, con quien el líder republicano se reunirá el 16 de julio.

Será importante también "expresar un compromiso inequívoco con la seguridad occidental", en especial tras las discrepancias surgidas durante la cumbre de la OTAN en Bruselas.

Aunque se hable del tema, el experto ve "improbable" que May obtenga un compromiso concreto de Trump sobre un posible acuerdo comercial bilateral posterior al "brexit", debido a que el jefe de la Casa Blanca "desaprueba" el plan de su anfitriona de promover una salida suave de la UE.

En cuanto a las protestas previstas en Inglaterra y también en Escocia, donde la pareja estadounidense pasará el fin de semana en una visita privada, los dos catedráticos coinciden en que Trump las "ignorará" y se centrará en cambio en potenciar "el simbolismo de la pompa y circunstancia con que será recibido".

La directora del programa de EEUU y las Américas del Real Instituto de Asuntos Internacionales de Londres, Leslie Vinjamuri, cree en cambio que el Reino Unido puede salir beneficiado de esta visita si modifica su enfoque.

"May debería utilizar la visita para lanzar una estrategia de diplomacia pública que reconozca las legítimas preocupaciones de los votantes de Trump, pero que, al mismo tiempo, defienda con fuerza la importancia de mantener la cooperación transatlántica", sostiene.

Vinjamuri considera que, "a largo plazo, esto sería más provechoso que centrarse en tratar de obtener un compromiso para un futuro acuerdo comercial" o que "atribuir lo especial de la relación a la química entre los dos líderes actuales".

Como posible pesadilla diplomática para May, no se puede descartar que Trump se reúna, como ha dicho que quizás hará, con su "amigo" el exministro de Exteriores británico Boris Johnson, quien dimitió el lunes por desacuerdos con la estrategia oficial del "brexit", lo que provocó una grave crisis de gobierno.

El líder republicano podría también arremeter, como tiene costumbre, contra el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, que ha autorizado la colocación sobre las Casas del Parlamento de un inflable gigante con la forma de un "bebé" Trump en pañales, furioso y teléfono en mano.

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