Informe: niegan acceso a escuelas a niños sin papeles

Revelan que la práctica se realiza en varios estados y que afecta a quienes llegaron solos

NUEVA YORK — La próxima celebración de Año Nuevo en Times Square será una celebración mayormente virtual, anunciaron los organizadores del evento el miércoles. Con el 1ero de enero de 2021 a 100 días de distancia, los organizadores proporcionaron un adelanto de cómo el evento cambiará en respuesta a los cambios y desafíos de 2020. Aunque los elementos en vivo…

Candelario Jimón Alonzo llegó a Estados Unidos con el sueño de lograr más en la vida de lo que podría ser por los caminos llenos de baches en las tierras altas de su nativa Guatemala. Esta era su oportunidad: Podría terminar la secundaria en Estados Unidos y algún día convertirse en maestro.

Sin embargo, el chico de 16 años se la pasa solo casi todos los días en una casa deteriorada en Memphis, donde vive con su tío; sale ocasionalmente a jugar fútbol y a aprender lo que pueda de inglés con sus amigos.

Parque de la Amistad.
El muro que separa EEUU-México entre Tijuana y San Diego se reabrió el domingo por unos minutos para el reencuentro, efímero pero intenso, de familias separadas. Te mostramos las imágenes y te contamos de este lugar, conocido como el Parque de la Amistad.
La puerta existente en la valla fronteriza que separa Tijuana y San Diego abrió el domingo por quinta ocasión en la historia para que seis familias separadas por leyes migratorias pudieran darse un abrazo aunque fuera solamente por unos minutos.
El Parque de la Amistad ubicado en la frontera entre los dos países fue nuevamente escenario de esta tradición que inició hace tres años y que ha continuado sin importar el cambio de gobierno federal en Estados Unidos. En la foto, autoridades migratorias en ambos lados de la frontera, también se reencontraron.
Es la primera vez que el muro se reabre durante la presidencia de Donald Trump.
Se lo conoce como Friendship Park, o Parque de la Amistad, y se encuentra en la frontera, entre Tijuana y San Diego. Los sábados y domingos, de 10 am a 2 pm, se permite a las personas a que se acerquen se acercan al lugar para al menos mirar a sus seres queridos del otro lado y compartir, tocándose las yemas de los dedos a través de las rejas.
Pero el fin de semana, con motivo del Día del Niño en México, las autoridades de la Patrulla Fronteriza decidieron abrir durante unos minutos la valla. Y varias familias, en ambos lados, se prepararon para el esperado momento.
Familias enteras, separadas por cuestiones migratorias, se aprestaron a reencontrarse con sus seres queridos, como hijos, madres, padres y hasta abuelos y abuelas. En algunos casos, hacía años que no se daban siquiera un abrazo.
La organización 'Border Angels', una institución sin fines de lucro, organizó el evento que tuvo respuesta de parte de las autoridades de la Patrulla Fronteriza, quienes abrieron durante unos minutos la valla. El evento se llamó 'Abriendo la Puerta de la Esperanza'.
El momento esperado se hizo realidad y la emoción desbordó a los familiares, de uno y otro lado del muro. Y todo, ante la mirada de los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Uno de los desgarradores abrazos correspondió a una familia cuya mayoría de miembros se encuentra en México. Del lado de Estados Unidos, estaba Gabriela, como relata el peródico La Raza, una joven estudiante 'Dreamer' que se acogió a los beneficios de DACA y quien desde hacía seis años no veía a su familia.
En muchos casos, como el de Gabriela relatado con anterioridad, muchas familias fueron separadas de a poco, con miembros deportados o que simplemente regresaron a México sin poder volver a EEUU. Y en muchos casos, no se han visto o abrazado en años.
Los momentos que se vivieron en el Parque de la Amistad fueron desgarradores. Las familias tuvieron, al menos, unos minutos para tocarse y darse el abrazo esperado.
El muro estuvo abierto solo tres minutos, que fueron suficientes para sentir el calor del familiar, en uno y otro lado de la valla. Pero el tiempo fue demasiado breve.
Esta imagen no necesita explicación.
Los sueños, las aspiraciones, el dolor y el drama de vivir separados se conjugaron en los interminables abrazos que pese a que solo duraron tres minutos, se sintieron por siempre.
Cientos de miles de familias viven a diario con el dolor de la desaparición de sus seres queridos tanto en México como en Estados Unidos. Lo ocurrido el fin de semana en el Parque de la Amistad, fue un privilegio, breve, al que solo accedieron unos pocos.
Las familias se acercan al sector del Parque de la Amistad para al menos, tocarse las yemas de los dedos, que es lo que permite el vallado y lo hacen siempre bajo la mirada de los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Hombre y mujeres en ambos lados de la frontera, comparten cada fin se semana, por unas horas, su amor, sus penas, sus sueños y sus planes, separados por la valla de metal, en el Parque de la Amistad.
Solo unas pocas familias pudieron 'cruzar' el muro para estar con sus seres queridos y regresar sin problemas, a EEUU el fin de semana.
Los celulares son imprescindibles a la hora de grabar esos momentos únicos e inolvidables. Y el fin de semana no fue la excepción.
Es hora de 'construir puentes', dijo Enrique Morales, fundador de 'Angeles de la Frontera', entidad que convocó el evento, según informa La Raza.
No se sabe con seguridad cuántas familias viven separadas por cuestiones de inmigración aunque existen algunos datos. Según estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional, entre julio de 2010 y diciembre de 2012, fueron deportados de Estados Unidos 204,810 padres y madres de hijos nacidos en Estados Unidos, la mayoría de México y países centroamericanos. Te puede interesar: 'Angela', la niña de la maleta, recibe sepultura
Más allá de los números, la realidad se sintió a flor de piel en las familias que el fin de semana pudieron reencontrarse con sus seres queridos, al menos durante tres minutos. Tras el abrazo y las palabras, cada uno volvió a su rutina, que seguirán de ahora en más, separados por la valla. Te puede interesar: la odisea de una niña en el desierto

Las autoridades educativas locales han impedido a Jimón asistir a la escuela desde que intentó inscribirse en enero.

Según abogados, se ha impedido a Jimón y a por lo menos otros 12 jóvenes inmigrantes que huyeron de la violencia en América Central estudiar en secundarias públicas en Memphis porque las autoridades afirman que esos adolescentes carecen de un documento oficial que avale su escolaridad o porque eran demasiado mayores como para graduarse a tiempo.

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The Associated Press encontró que en por lo menos 35 distritos escolares en 14 estados, se desalentó a centenares de menores de El Salvador, Guatemala y Honduras que llegaron solos a la hora de inscribirse en escuelas o se les apremió a que estudiaran en lo que defensores y abogados consideran programas alternativos separados pero inequitativos: básicamente un callejón académico sin salida que puede constituir una infracción a las leyes federales.

En lugar de inscribir a Jimón y a los otros menores en alguna escuela secundaria, un distrito escolar falto de efectivo los derivó a una escuela para adultos en el este de Memphis que ofrecía clases de inglés algunas horas a la semana.

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Pero antes de que Jimón pudiera siquiera registrarse, el estado clausuró los programas de Desarrollo Educativo General (GED por sus siglas en inglés) y de inglés porque pocos estudiantes se graduaban, lo que en la práctica anuló las posibilidades del chico de acceder a una educación formal.

"La verdad es que yo quería estudiar matemáticas e inglés cuando llegara aquí", dijo Jimón, quien creció hablando español y la lengua indígena quiché. El adolescente, delgado y de voz suave, está en proceso se solicitar un permiso de permanencia permanente.

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La portavoz escolar del condado Shelby, Natalia Powers, dijo que su amplio distrito tenía una política que ofrecía a los estudiantes de 16 años o más la opción de inscribirse en un programa GED, pero cuando éste fue cancelado los alumnos tenían disponible en un programa "similar" de una organización local sin fines de lucro.

Sin embargo, los abogados y defensores señalaron que se había negado a los menores la opción de asistir a una secundaria convencional y la organización sin ánimo de lucro de Memphis no enseñaba inglés.

La violencia y una considerable crisis institucional en varios países centroamericanos está orillando a miles de familias y niños centroamericanos a arriesgar sus vidas en su intento de llegar a los Estados Unidos. Como lo hace, de la mano de su padre, esta niña de 9 años, cuyo nombre no revelaremos.
Tomar la decisión no es sencillo, pero el temor a permanecer en su país es mayor que el miedo a los peligros que se enfrentarán en el camino.
En entrevistas realizadas por diferentes medios de comunicación a los migrantes centroamericanos, la respuesta recurrente del porqué migran es, el “miedo”.
El camino es difícil y los niños y niñas lo enfrentan al igual que los mayores.
El calor, el cansancio y la deshidratación son algunas de las dificultades “físicas” que los pequeños y sus padres sufren en el camino.
A estas se suman la inseguridad y extorsiones de delincuentes con los que pueden enfrentarse antes de llegar a los Estados Unidos.
Tras cruzar la frontera de México a Roma, Texas, en busca de asilo, esta pequeña, junto a su familia se enfrenta a la patrulla fronteriza.
La foto capta el momento en que la menor recibe una botella de agua. En ocasiones, para estos niños, el ser encontrados por la patrulla fronteriza es lo que les salva la vida.
El desierto en suelo estadounidense es duro y cobra muchas vidas de migrantes día con día.
En el 2014 se registro una la oleada de menores indocumentados no acompañados y familias procedentes mayormente de Honduras, Guatemala y El Salvador que llegaban a Estados Unidos buscando el sueño americano. Eran tantos que los centros de detención del departamento de migración estaban saturados.
Responsables de Seguridad Nacional siguieron de cerca los casos y reforzaron los controles para contener el flujo de menores y de familias bajándolo en un 40% entre 2014 y 2015.
Sin embargo la cifra volvió a crecer durante el segundo semestre del 2015.
A la fecha cientos de menores centroamericanos no acompañados que ingresaron a Estados Unidos de forma indocumentada siguen recluidos en centros de detención mientras se define su situación migratoria.
Las autoridades federales dispusieron que los niños no acompañados, detenidos por ingresar de forma indocumentada al país, fueran procesados por la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), una agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.
No es el caso de esta niña, quien ha hecho el largo y peligroso viaje de la mano de su padre. Sin embargo su futuro es incierto.
Por lo que es difícil imaginar qué pasará por la mente de esta niñá, mientras, a orden de la Patrulla Fronteriza, quita las agujetas de color de rosa de los zapatos con lo que ha recorrido miles de millas en busca de una mejor vida.
Debido a la violencia y la pobreza que se vive en países centroamericanos, no se prevee que la inmigración infantil disminuya a corto plazo.

Las escuelas en Estados Unidos continúan como unas de las pocas instituciones gubernamentales en las que se garantizan los servicios a los jóvenes inmigrantes, pero el gobierno federal ha otorgado pocos recursos o poca supervisión para vigilar que eso suceda, en parte porque esas escuelas se gestionan de manera local.

Desde el otoño de 2013, el gobierno federal ha colocado casi 104,000 menores que llegaron solos con tutores adultos en diversas comunidades en todo el país, donde se espera que asistan a la escuela mientras buscan que un tribunal de inmigración les otorgue un permiso de residencia.

Meses después, durante la dramática oleada de cruces irregulares en la frontera, los departamentos de Educación y Justicia emitieron recomendaciones conjuntas en las que se recordaba a los distritos escolares un fallo de 1982 de la Corte Suprema según el cual los estados no pueden negar a los niños la educación pública gratuita, al margen de su situación migratoria.

Los distritos en los que se detecte que han infringido la ley pueden verse obligados a modificar sus políticas de inscripción, pero el proceso no es sencillo. Para empezar, pocos niños migrantes comprenden sus derechos.

Los estudiantes y quienes los defienden pueden demandar a los distritos escolares o quejarse ante los departamentos de Educación o Justicia, pero las investigaciones acumulan tantos retrasos que pueden tardar años y suelen resultar en sanciones civiles, dijo Lisa Carmona, abogada de la organización sin ánimo de lucro Southern Poverty Law Center.

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