Insólita cafetería vende olores para recuerdos imborrables

Los humanos no solo recuerdan imágenes y experiencias sino también olores. Una cafetería en Viena ofrece una gama de 56 olores "abstractos" con la idea de que éstos creen a través del olfato recuerdos imborrables en nuestra mente.

"Todo el mundo asocia un olor a un recuerdo concreto, por ejemplo, a nuestra abuela o nuestra habitación de cuando éramos niños", explica a Efe Florian Kaps, el artista vienés que ha creado esta inusual idea junto a una perfumista noruega.

"Ahora podemos hacer esa conexión (entre el olor y un recuerdo) de forma activa", asegura Kaps en su cafetería llamada "Supersense" (Supersentidos), situada en un céntrico barrio de Viena.

Para desencadenar esa conexión entre un olor inédito y una experiencia inolvidable, Supersense ha creado ampollas con 56 diferentes olores inéditos.

"Cuando se vive un momento especial", solo hay que "abrir la ampolla elegida y respirar profundamente", explica Kaps.

"Así, la vivencia y este olor (abstracto) quedan vinculados. Si logras conectar un olor con las emociones, será un recuerdo que guardes hasta el final de tu vida", asegura.

Para volver a experimentar con el olfato ese momento especial solo hay que respirar de nuevo el olor elegido.

Kaps reconoce que pese a la simpleza del mecanismo, "a la gente le cuesta entenderlo. Muchos me preguntan si el olor es agradable. No lo sé, depende de cada persona", asegura.

La idea ha sido desarrollada junto a la famosa perfumista noruega Sissel Tolaas, creadora de estos "olores abstractos".

Por casualidad, Kaps leyó una vez sobre el trabajo de la artista escandinava en una revista y supo de inmediato que tenía que ponerse en contacto con ella.

"Conectamos desde el primer minuto", recuerda Kaps. Tras varias reuniones nació la idea del llamado "Kit de Memoria Olfativa".

El paquete básico se vende por $120 (unos 99 euros) e incluye tres ampollas de perfume y un "amuleto" -una pequeña cápsula metalizada en la que guardar las dosis y que puede llevarse en el bolsillo o, con una cadena, a modo de colgante-.

"Una vez abierta, cada ampolla tiene una duración de tres años antes de perder su olor", explica Kaps.

Asegura que la producción y venta de este kit le han ayudado a darse cuenta de lo olvidado que está el sentido del olfato.

"La gente no está acostumbrada a usar su nariz", señala, "y eso que es el único sentido que está directamente conectado con la parte interna del cerebro, es muy difícil de influenciar".

En la actualidad los clientes pueden escoger entre un total de 56 "olores abstractos".

Están divididos en varias categorías: viajes, amor, estudios, familia, entre otros, aunque estas divisiones son solo orientativas.

Kaps tampoco sabe especificar a qué huele cada aroma, lo que en su opinión demuestra que "ni siquiera tenemos igual de desarrollado el lenguaje relativo a los olores" comparado con otros sentidos, como por ejemplo la vista.

Todos los olores son sintetizados en el laboratorio de Tolaas, por lo que "está asegurado que el cliente no los ha olido nunca antes". La perfumista noruega ha logrado crear una biblioteca de miles de olores "abstractos", cuenta Kaps.

Eso es lo que diferencia el "Kit de memoria olfativa" de cualquier otro perfume disponible en el mercado. Según Kaps, "Supersense" tiene ya cientos de clientes en todo el mundo: mujeres y hombres, jóvenes y personas mayores.

"No hay un perfil concreto", dice su creador, aunque destaca que la gente busca recordar, sobre todo, momentos felices y amorosos.

Kaps lo cuenta a Efe recostado en su despacho en el "Supersense", un local "incatalogable", situado en un edificio de estilo neogótico veneciano, con paredes y techos altos de colores blanco y dorado.

Allí uno puede comer o tomar algo, mientras graba su propio disco de vinilo o inmortaliza el momento con la cámara Polaroid antigua más grande del mundo.

Precisamente en torno a las legendarias Polaroid nació la cafetería de Kaps, líder del llamado "proyecto imposible' (The Impossible Project), que relanzó la distribución de esta cámara después de que la fábrica original cerrara en 2008.

Años después, el local cuenta con varias Polaroid de exposición que no están a la venta y con decenas de productos y complementos para las cámaras instantáneas.

Supersense Café ha terminado convertido en un "gran laboratorio de experimentación analógica", cuenta Kaps. "Lo digital está siempre accesible, pero no es real", señala, aunque reconoce que necesita Internet como plataforma indispensable para mantener a flote su negocio con clientes de todo el mundo.

Contáctanos