DENVER — Un exoficial del sheriff de Colorado condenado por matar a un hombre de 22 años en apuros que llamó al 911 para pedir ayuda fue sentenciado a tres años de prisión, la pena máxima, por un juez que dijo que el tiroteo se trataba de poder.
Andrew Buen fue condenado en febrero por homicidio negligente criminal en la muerte de Christian Glass en 2022, que atrajo la atención nacional y provocó llamados para reformar cómo las autoridades responden a personas con problemas de salud mental.
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SUSCRÍBETE Los fiscales alegaron que Buen innecesariamente escaló un enfrentamiento con Glass, quien mostró signos de una crisis de salud mental y se negó a seguir órdenes de salir de su SUV cerca de Silver Plume, un pequeño pueblo minero a lo largo de la Interestatal 70 en las Montañas Rocosas al oeste de Denver.
Sus padres y las agencias involucradas llegaron a un acuerdo de $19 millones que incluía capacitación en intervención de crisis para los oficiales que respondan a personas en apuros.
La jueza Catherine Cheroutes dijo que la sentencia de Buen necesitaba abordar tanto la pérdida de Glass como el daño hecho a la comunidad por el tiroteo.
“Creo que esto se trataba de poder. No fue un error. Se trataba de, 'necesitas escucharme porque yo estoy a cargo'”, dijo. Dijo que creía a la familia y los seguidores de Buen que él era un tipo “que te da la camisa de su espalda”, pero dijo que actuó de manera diferente cuando se puso un uniforme y tenía un arma.
Buen, vistiendo un uniforme naranja de prisión, se disculpó con la familia Glass, secándose los ojos con un pañuelo con sus manos esposadas mientras hablaba en un podio.
La familia de Glass había cuestionado si algún remordimiento que Buen pudiera mostrar sería sincero. Buen, con la voz temblorosa, dijo que tenían todo el derecho de sentirse como lo hacen. Dijo que sus acciones habían escalado el enfrentamiento y le dijo al juez que no se le “debía” nada.
“Hay un millón de cosas que debería haber hecho mejor esa noche”, dijo antes de ser sentenciado.
Sally Glass le dijo a Cheroutes que Buen había actuado como un “matón” hacia su hijo, un artista creativo y gentil que nació en la Nueva Zelanda natal de su padre.
“Conoció el mal esa noche y no hubo compasión”, dijo.
Simon Glass dijo que el dolor de su familia se agravó al principio por las autoridades que inicialmente describieron a su hijo como el agresor en el enfrentamiento, por lo cual la oficina del sheriff se disculpó más tarde.
Dijo que lucha con ansiedad y tiene problemas para referirse a su hijo en tiempo pasado, pero se consuela con que el nombre de su hijo ha sido limpiado, en parte gracias a las imágenes de la cámara corporal.
Katie Glass dijo que ella y su madre intentan siempre conducir por debajo del límite de velocidad para evitar ser detenidas por la policía.
