DENVER, Colorado - Un juez condenó a un expolicía de Colorado a 14 meses de cárcel por su papel en la muerte de Elijah McClain, después de escuchar el viernes a la madre del joven negro llamar al oficial un "matón con placa" que siempre tendrá las manos manchadas de sangre.
El oficial, Randy Roedema, fue uno de varios agentes del orden acusados por la muerte de McClain y fue el único declarado culpable. Fue el oficial de mayor rango que acudió inicialmente al lugar. Un jurado lo condenó en octubre de homicidio por negligencia criminal, que es un delito grave, y agresión en tercer grado, que es un delito menor.
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La muerte del joven de 23 años recibió poca atención inicialmente, pero ganó un renovado interés el año siguiente cuando protestas masivas se extendieron por todo el país por el asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.
En un juicio separado, dos paramédicos fueron condenados recientemente por inyectarle a McClain una sobredosis del sedante ketamina después de que la policía lo sujetara por el cuello.
La sentencia llegará a finales de este año para los paramédicos, que habían sido entrenados para usar ketamina y tratar el "delirio excitado", una condición controvertida que algunos dicen no es científica, tiene sus raíces en el racismo y se utiliza para justificar la fuerza excesiva.
Antes de que el juez dictara la sentencia, la madre de McClain, Sheneen McClain, se enfureció contra Roedema después de que éste expresara remordimiento, pero no llegó a disculparse.
"Randy Roedema le robó la vida a mi hijo", dijo. "Ni todas las disculpas tardías del mundo pueden quitar la sangre de mi hijo de las manos de Randy Roedema", agregó.
