Las estaciones de policía en Denver aceptan que residentes en la ciudad entreguen los dispositivos conocidos como "bump stocks", después de que la ciudad impuso una prohibición para esos dispositivos.
Esos aceleradores de disparos -un dispositivo que incrementa la velocidad de las balas y abre fuego de una manera automática- fueron prohíbidos tras la masacre en Las Vegas ocurrida en 2017.
Esto debido a que se conoció que Stephen Paddock, el pistolero de Las Vegas, donde murieron 58 personas, usó aceleradores en por lo menos una de sus armas, lo cual le permitió disparar hasta 90 balas en 10 segundos.
El Concejo Municipal de Denver dijo entonces que sería ilegal que ese tipo de accesorios no solo se vendieran, sino que fueran transportados o almacenados.
Quienes infrinjan esa disposición pueden recibir multas de hasta $ 999 y enfrentar hasta 180 días en la cárcel.
En principio se pensó que este movimiento sería simbólico, ya que la ciudad ha prohibido durante mucho tiempo los tipos de rifles semiautomáticos que pueden ser modificados por el dispositivo. Sin embargo, el tiroteo en una escuela de Florida ocurrido la semana pasada cambió la percepción.
