MÉXICO - La esperanza para los mexicanos llegó en una sustancia: se trata de la primera vacuna prueba contra COVID-19, desarrollada por el laboratorio chino Cansino Biologics, y que será aplicada en al menos 15 mil voluntarios como parte de un ensayo clínico en su fase 3.
"Este proceso, como lo está llevando la vacuna de COVID, lo han llevado todas las vacunas que existen", dice Norma Rivera, infectóloga de la red Osmo en Oaxaca.
El proyecto experimental arrancó en los estados de Guerrero y Oaxaca. Ahí, al menos 2,000 personas serán analizadas para comprobar la efectividad de la dosis.
"Los laboratorios hacen un análisis de la información para saber cómo respondieron a la vacuna; en este sentido, saber si la vacuna es segura y eficaz", dice Víctor Bohórquez, director de la red Osmo de Oaxaca.
De acuerdo con las autoridades de Salud, la vacuna se está aplicando en mayores de edad, que no padecen enfermedades crónicas.
"Me considero sano pero me da miedo", admite Pedro Robledo, uno de los voluntarios que, pese a todo, dejó atrás sus temores para favorecer a la ciencia.
"Se requiere de voluntarios que puedan probar la vacuna y a partir de ahí conocer si realmente tiene efecto o no para que se pueda realizar la venta o entrega de estas vacunas a los ciudadanos".
A partir de mañana, la vacuna también se aplicará en Ciudad de México, donde se busca llegue a 5 mil personas a quienes se les garantizará atención médica en caso de presentar efectos secundarios.
"Me daría más miedo contagiarme", dice Rosario Rodríguez, a quien el anuncio la llenó de ilusión, ya que ve con buenos ojos todos los esfuerzos que ayuden a terminar con el confinamiento.
"Si no nos arriesgamos cómo sabemos que funciona, que vamos a salir de esta pandemia", dice Rodríguez.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, informó en sus redes sociales que ya están en suelo mexicano un total de 7,000 unidades de vacuna; una inversión en salud y esperanza que representó un costo de $140 millones para el gobierno de este país.