Una enfermera que salvó a varios bebés de la explosión en un hospital en México la semana pasada, y que en el proceso sufrió heridas graves en el 80% de su cuerpo, falleció.
Sus seres queridos la lloraron tras morir el martes, pero también la despidieron como una heroína.
Mónica Orta, de 35 años, dejó tres hijos de ocho, siete y uno. El gobierno anunció que les dará becas a los tres pequeños.
La explosión, provocada según el gobierno por una falla del camión-cisterna que entregaba gas, dejó, hasta el momento, cuatro muertos, mientras que 19 personas permanecen hospitalizadas.
El miércoles se anunció que la compañía dueña del camión-cisterna, Gas Express Nieto, desde antes de la explosión, tenía ya 197 denuncias, por diversas causas.