Guerrero ocupa el tercer lugar mundial en violencia

Una universidad de EEUU lo coloca como la entidad mexicana con récord de homicidios.

Los habitantes del estado de Guerrero han tenido que acostumbrarse a los homicidios que ya son parte de su vida, pues según un estudio elaborado por una universidad de Washington esa entidad es el lider del crimen en México y ocupa el tercer sitio en el mundo.

Laura Caballero analiza la tasa de homicidios en lugares como los municipios de Chilapa, Chilpancingo y Acapulco, y coincide en que el índice de asesinatos en el estado está solo por debajo de países como El Salvador y las zonas sudafricanas de conflicto.

"Las estrategias de seguridad que han implementado el gobierno local y el federal no han servido de gran cosa", subraya la investigadora Laura Caballero.

Y las consecuencias ahora estén incontrolables. La violencia que se registra en Guerrero no distingue sexo, género ni condición, pero se ha comprobado que en los últimos años ha afectado considerablemente la esperanza de vida de los hombres.

Varones que apenas pasan la adolescencia llenan listas de ocupantes de la morgue, las cuales comprueban que aquí matan por lo menos a 7 personas cada día.

La muerte está a la vuelta de la esquina. El fin de semana, un jefe de la policía de Chilapa fue acribillado, como ocurre cada vez con mayor frecuencia en Guerrero.

"¿Qué podemos hacer? Nada, únicamente desear que se componga esto", dice Juan Sánchez, uno de los habitantes del caótico estado.

La violencia tiene otros rostros y, sin pena ni remordimientos, hombres y mujeres entraron violentamente, agarron lo que pudieron y escaparon.

Eran cerca de 800 y, según las autoridades, saquearon varias tiendas por orden de un grupo criminal que de esta forma le envió un mensaje al dueño porque no ha pagado las cuotas que le exigen.

"¿Dónde están los policías, los militares, qué hacen? No hacen su trabajo", considera César Solís, uno de los habitantes de ese estado.

La situación es tal que el vocero de seguridad, Roberto Álvarez, admitió que autoridades locales no hicieron su tarea en Arcelia, donde ocurrieron los saqueos.

"Se trata de una disputa entre los diferentes grupos delictivos que surgieron a partir de la fragmentación de los llamados de los carteles tradicionales", añade Álvarez.

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