BEAUREGARD, Alabama - De pie en una colina frente a un campo cubierto de escombros, el presidente estadounidense Donald Trump vio árboles derribados y otros daños en un pueblo rural de Alabama tras el paso de un devastador tornado que dejó casi dos docenas de muertos.
“Vimos cosas que no creerían”, afirmó Trump, quien primero examinó el área en helicóptero antes de llegar con la primera dama Melania Trump a Beauregard, que padeció lo peor de la tormenta, y comenzar a reunirse con las víctimas.
Trump visitó una sección del pueblo que fue diezmada por el tornado, con casas arrancadas de sus cimientos y raíces extraídas de la tierra. Revestimientos de metal torcidos, tablones de madera y tuberías yacían en el suelo, junto con los remanentes de la vida diaria: prendas, un sofá, una botella de limpiador y un tapete de bienvenida lleno de mugre.
Un funcionario local puso al tanto a Trump de la situación. El mandatario se reunió con familias afectadas por la tormenta, escuchó sus historias y abrazó a algunas personas.
El presidente y su esposa visitaron también un centro de ayuda para desastres en la iglesia bautista Providence en Opelika, donde la gente llegaba en busca de ropa y artículos básicos como alimentos, pañales y artículos de tocador.
Trump recorrió el condado rural Lee en el oriente de Alabama, donde 23 personas murieron tras el paso del enorme tornado de categoría EF4 que dejó un sendero de destrucción de casi una milla de ancho con vientos de 170 millas por horas. Fue uno de al menos 38 tornados confirmados que azotaron el sureste de Estados Unidos el fin de semana.
Antes de que Trump llegara a Beauregard, Renee Frazier estaba parada en medio de ladrillos y madera de la que fue la casa de su madre y saludó con la mano al paso del helicóptero del mandatario. Minutos antes, Frazier había estado discutiendo con familiares que se oponían a la visita de Trump, por considerar que se trataba más de política que de compasión.
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Pero Frazier estaba en desacuerdo, diciendo: “Yo quiero que el presidente vea aquí lo que le pasó a la casa de mi mamá en esta tierra, porque mi mamá está por el amor y la unidad”.
Trump ha dicho que le instruyó a la Agencia Federal de Emergencias que le diese a Alabama un tratamiento de primer nivel en la ayuda para recuperarse. Los daños sufridos por Alabama fueron declarados oficialmente un desastre el martes, y Trump ordenó la entrega de ayuda federal para complementar la estatal y local.
El gobernador Kay Ivey firmó un acuerdo de asistencia con la Agencia para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y ordenó que las banderas estatales ondeasen a media asta.
El tornado que azotó Beauregard fue el más mortífero en Estados Unidos desde mayo del 2013, cuando otro dejó 24 muertos en Moore, Oklahoma.
Entre los fallecidos en Alabama están cuatro niños y una pareja mayor de 80 años, y diez de las víctimas pertenecían a una misma familia. Varias personas resultaron heridas en Georgia por tornados, que también azotaron Florida y Carolina del Sur, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología.